viernes, 22 de enero de 2010

..baile de máscaras..

Las carcajadas anónimas, ocultas bajo negros antifaces, y los altavoces, llenan el ambiente de una sonoridad caótica que convierte a los presentes en marionetas del metrónomo de sus espíritus. La música se vuelve rápida, caótica. Los cuerpos se remueven con un argumentado compás definido por los dedos del demonio. Y me dejo llevar. En uno de mis torpes pasos de baile, me topo con una cara de porcelana con cuerpo femenino que me mira fijamente... Las máscaras tienen ese punto intrigante que hace que las personas se sientan extrañamente excitadas, por la inquietud que proporciona el no saber quién se encuentra tras ellas. Intento apartar la mirada, pero vuelve a clavar sus oscuros ojos sobre mí, y la sensualidad que envuelve el ambiente me obliga a buscarla a través de la multitud. Con prisa, salgo del edificio y sigo a la desconocida mujer entre los canales de Venecia, hasta que mi aliento resuella por encima del crujido de la madera podrida de los embarcaderos. Cabizbajo acepto la realidad, se ha ido. De repente, oigo un golpe en el agua. Una máscara sonriente de labios perfilados con pan de oro pasa flotando a mi lado, mirándome, metáfora de que todo viene y va, sin sentido alguno, simplemente a merced del destino. Vuelvo hacia el gentío, pensando que nunca sabré quien era, pero convencido de que, por un momento, fue alguien especial.

miércoles, 20 de enero de 2010

..Gracias Tío Sam..

Yo no soy popular.
Imagino fiestas de cumpleaños con compañeros de clase, jardines con piñatas, juegos y risas, esa imagen se borra todos los días camino de clase, cuando suena la campana. Voy mirando al suelo. No hay razones para llevar la cabeza alta, porque, nadie mira a quién no es popular.
Construyo mi mundo, hablo con personajes irreales, manufacturados en mi propia mente. He tenido conversaciones con quaterbacks, con presidentes de fraternidades. Pero ninguno es real, porque no soy popular.
Imagino mi juventud en grandes universidades, con campus verdes donde se cimentan grandes amistades y proyectos de futuro, pero más de una bala impactará en mi cuerpo, en Irak, o Afghanistán, dando mi vida por una patria que no mira por mi, porque no soy popular.
Construyo sueños, mis ideas se convierten en realidad cuando abro los ojos, coches caros, un buen trabajo, un despacho en un gran rascacielos del area financiera. Pero todo se derrumba al abrir los ojos, y me veo vendiendo coches de tercera mano, porque no soy popular.
Imagino abrazos y sonrisas al llegar a casa, una exanimadora con la cena preparada y un buen partido de futbol americano en un canal de pago. Pero llegaré a mi apartamento y me prepararé un sandwich de crema de cacahuete mientras miro algún programa en la televisión pública, porque no soy popular.
Me veo entre grandes hombres y mujeres, en refinadas recepciones, asistiendo a suculentas cenas, y sin embargo cada noche acabo en un pub de alterne perdiendo mis dólares en tangas minúsculos, porque no soy popular.
Imagino mi vida en un barrio con niños jugando en la calle y un 4x4 aparcado en la puerta, al lado del descapotable, pero abro la ventana y veo robos, drogadictos y la amenaza constante de la policía. Porque en mi barrio no vive el que es popular.
Imagino terminar mi vida en una residencia de lujo, con excompañeros de trabajo y recibiendo una sabrosa jubilación, pero acabaré mis días entre rejas o muerto por cualquier asesino sediento de venganza por esta cultura en una sucia calle de la ciudad, porque el gran sueño americano no tiene tiempo para mi, porque no soy popular.

viernes, 18 de diciembre de 2009

..vidadiaria..

Los hombres que a mi me gustan, no saben llorar. Llevo veinte años en la misma calle, usando el mismo carmín barato y fumando la misma mierda mentolada. Cualquier deseo ajeno, por sucio o enfermo que sea se convierte en obligación. Esa es la base del negocio; las miradas depravadas, las sonrisas llenas de obscenidad, las respiraciones desagradables de borrachos pervertidos, las manos ásperas y mojadas que intentan tocarte con ebrio disimulo, los insultos, los golpes, las medias erecciones dentro de pantalones curtidos en salas X.. Estos son los hombres que a mi me gustan. Por desgracia, ya estoy acostumbrada.

martes, 1 de diciembre de 2009

off

A veces recuerdo mis letras en tu espalda y se me rompe la mina de la esperanza. A veces veo mis poemas de aire sobre tus ojos y quedo ciego de tristeza. A veces creo ver un remanente de alegría hecho con palabras y quedan mudos mis sentidos. A veces la felicidad ajena rompe mis huesos a pedazos y los recuerdos terminan en añicos. A veces el ahora es la peor tortura, y el dolor es mi único aliciente. A veces miro al resto con envidia y su felicidad deja mi alma por los suelos. A veces miro tu alma y los dos caemos sobre la nada. Derrotados.

martes, 1 de septiembre de 2009

...aprendeddeunavez...

Acaba con todos, sonríeles mientras despides sus vidas. ¿Qué te han dado? ¿Acaso algo bueno? Mira como gritan, me complace. ¿Quieres divertirte? Ven, acompáñame, haz de tu mundo una destrucción absoluta, crea vida pero bajo tierra. ¿Que sangran? ¿Que esperabas? Hazles sentir lo mismo que ellos infligen al resto, arráncales los miembros, y tira el resto al vacío infinito. Que griten mientras aún están vivos. Se su demonio, métete en sus sueños y destrózales la esperanza, quema sus deseos, que sus ojos lloren ácido. Cuelga sus cabezas de los campanarios de las iglesias más altas, graba sus voces y emite sus gemidos en las llanuras, que la naturaleza sepa quién es el nuevo rey de las tinieblas, abre las grietas del infierno y azuza los caballos del Apocalipsis. Que sieguen la paz y traigan el horror y la negrura. Destruye cada pueblo, cada esbozo de felicidad que quede anulado bajo las herraduras de la guerra. Estimula el odio entre los que aún queden vivos, que se ataquen unos a otros, que los niños maten a los hombres, y los hombres se maten entre ellos, que el futuro esté empañado de sangre oscura. Mastica su miedo y escupe su honor, irrita su ego, que explote por dentro su arrogancia, que el hombre sepa que aún no es nada. Demuéstrales que su valor no vale ante el hedor del diablo. Cuando hayas terminado, habla a los que aún queden, y, con violencia, hazles entender que la humanidad aún no es nadie para acabar con ella misma cuando le plazca. Después dales otra oportunidad. Pero que empiecen desde cero.

martes, 4 de agosto de 2009

..hambre..

Pisó la lata de Aquarius de refilón y tropezó, cayendo sobre el sillón de forma vaga y tosca. Los muelles chirriaron y sus huesos crujieron por el sorpresivo golpe.

– ¡Joder! - resopló-. Eran ya casi 72 horas sin comer, el vacío en el estómago avanzaba hacia la cabeza, y su cuerpo le empezaba a hablar en un idioma mezcla de inanición y desesperación. Intentó alcanzar la puerta de la cocina pero sus anquilosadas articulaciones eran incapaces de sostener el peso muerto de sus miembros, rémoras de su existencia . Solo quedaba una solución, y lo sabía.

Lloró.

Mientras, sus dientes desgarraban el primero de lo que iba a ser un gran festín de dedos.

..miradasperdidas..

Odio los viajes en el metro, rodeado de cientos de desconocidos, siempre acompañado por un olor extraño, mezcla de sudor y decadencia. Caras cortadas por la rutina, gestos de derrota y miradas completamente desvanecidas. Zombis, eso es lo que parecen, mientras unos intentan persuadirse a si mismos ocultando su realidad tras las cubiertas de algún libro releído hasta la saciedad. Los más jóvenes construyen su mundo imaginario con las notas que salen de sus mp3 machacados por el uso, zapatos con las suelas agrietadas por las maratones entre la salida del metro y la oficina de viejos ejecutivos de treinta años. Son viajes que ocasionalmente se salvan por la presencia de una chica en desconcierto sentada en el asiento de enfrente, con la mirada perdida en tus ojos, pero por casualidad. Ensimismada en su propia historia, la estaticidad de sus pupilas es el único gesto humano entre tanto cuerpo esclavo del ocaso del día, pero que desaparece en la segunda parada. Como todos los días. Hoy volveré a echarte de menos, hasta que mañana me mires sin querer de nuevo.

viernes, 31 de julio de 2009

..aquí y ahora..

Y si hay algo que no dejaré de querer hacer, es pintar poemas sobre la suavidad de tu espalda con tinta transparente, leer cada milímetro, cada poro de tu piel, analizarlo.
Quiero sentir cada pliegue de tu reino, cada sonrisa de tu alma, escucharla eternamente, notar como me quema el brillo de tu pelo pasando entre mis dedos.
Quiero seguirte, donde quiera que tus ojos apunten, quiero estudiar tus movimientos y poder dirigirlos a mi antojo, creando un puente de música entre nuestras mentes.
Quiero moverme a tu lado sin despertarte, quiero despertarte con el sonido de mis latidos, quiero tocar tu felicidad con los dedos de mi corazón, y pararlo en el momento justo para no querer vivir otro instante parecido. Quiero ser dos labios sobre tu sonrisa.
Y solo necesito un segundo para eso.
Y luego, si quieres, me iré.

jueves, 18 de junio de 2009

..FIN DE FIESTA..

Eran las doce pasadas. Sonaba la última traca del Pobre de Mí, y la gente, aunque ya en menor cantidad que otros días, alborotaba el ambiente, aún con ganas de fiesta. A su alrededor, las peñas animaban mientras la muchedumbre cantaba emocionada, los niños, jugando, evitaban a toda costa que se cayera la cera de las velas como si de un tesoro se tratara, para la gente joven aún daba tiempo para una última noche de excesos… No parecía un fin de fiesta, sino el comienzo de otra, como si los días no pasaran factura a los espíritus allí congregados. Recogió su manta, envolviendo con ella las gafas de plástico de dos euros, las pulseras de cuero ennegrecido y aquellos típicos sombreros de vaquero que tanto animaban la media altura de los bares. Nadie se había fijado en él, solo era otro vendedor de piel oscura y curtida, al que todos intentaban regatear hasta el empalago, otro “pobre hombre que tiene que ganarse el pan mientras otros derrochan sin parar”, como pensaban los que le observaban. Pero él estaba orgulloso, todo había vuelto a salir perfecto. Sigilosamente, se adentró en las oscuras calles, dejando atrás la fiesta. Su Fiesta.


Con este relato he ganado el 3er Premio del I certamen Internacional de Microrrelatos Principe de Viana 2009.
www.blogsanfermin.com
Orgulloso de mi mismo

domingo, 24 de mayo de 2009

..AngelDust..

No podía dormir, el calor penetraba entre las sábanas y el sudor le recorría las extremidades, como arroyos serpenteantes buscando salida entre las piedras. Se levantó a beber algo frío, bajó a la cocina y abrió las ventanas en busca de una posible corriente y entonces se fijó en él, apoyado con las manos en el suelo, resoplando y gimiendo de dolor. Desde el otro lado del jardín, aquel ser blanquecino, con ojos rojos como el infierno la miraba con horror descarnado, mientras la vida paracía abandonarle a cada segundo que pasaba. Con el cuerpo cubierto de barro y sangre, se moría mientras ella le observaba... Con el vaso en la mano, inmóvil, su corazón le golpeaba las costillas con brusquedad mientras su cuerpo y su mente continuaban atónitos ante a lo que estaba viendo. 

- Ayúdame...por favor... – tartamudeó aquel hombre, justo antes de desplomarse boca abajo sobre la tierra.

Los ojos de la mujer se abrieron de repente... Sobre el cuerpo moribundo vio el rastro de plumas ensangrentadas y las dos heridas en la espalda. No podía creer lo que veía:

- Tú... Tú eres un…

Sin tiempo a terminar la frase, una poderosa luz blanca salió del interior del cuerpo del hombre, consumiendo toda su existencia en segundos, permitiéndole solamente exhalar su último suspiro con un grito agudo que se ahogó en la oscuridad. Mientras tanto el tintineo de los cristales de un vaso hecho pedazos cortaban los pies de una mujer pálida como la muerte.

lunes, 23 de febrero de 2009

...unamenos...

Aquel señor ahuecaba la almohada de su mujer, que entre tosido y tosido soltaba algún esputo de sangre. Se la veia mal, enteramente al borde de la muerte, y su marcada expresión así lo hacía creer. Boca entreabierta, manos aferrandose a la nada en una tensión interminable, piernas cohibidas por el dolor, y sábanas manchadas de ira. Los ojos mirando al infinito, sin observar nada... Me pregunté que estaría mirando, que es lo que estaría pensando. Quizá lloraba en silencio su cercana partida... No lo sé. Su anciano marido la miraba, lamentando con sus pupilas húmedas la situación de su señora. Le agarraba con fuerza una mano que no podía ni siquiera responderle con calor. Le atusaba el blanco pelo con dulzura, a sabiendas que nunca más podría hacerlo. La sangre escalaba el catéter haciendose dueña del terreno del suero. Un frío repentino me recorrio la espina dorsal. Busqué una mirada de complicidad, alguién que se diese cuenta de lo que ocurría, pero la gente solo miraba por si misma. Me entraron dudas sobre si era un sueño o, mejor dicho, una pesadilla. ¿Nadie la atendía? El ser humano me empezaba a resultar monstruoso. Más.

Me sacó de ese infierno la voz de la celadora:
- ¿Alberto? - Preguntó sin dirigirse a nadie en concreto.
- Si, soy yo. - Exclamé -. Pero... Esa señora está peor, ¿no la atiende nadie?
No hubo respuesta.
Segundos despues me alejaba de la sala en dirección a la consulta, mientras, cada vez más lejos, aquella mujer seguía debatiendose entre la vida y la muerte, e iba haciendose más pequeña. Como su vida.

miércoles, 18 de febrero de 2009

...unnminutoparaescribir...

SE VA

 

Siento la vida pasar como una locomotora a su paso por una estación perdida en el desierto. Arbustos que ruedan, sin rumbo fijo, sangre en la madera, disparos de acidez extrema entre la arena. Hoy me he levantado con ganas de escribirte, pero nadie sabe cuanto dolor estoy masticando. Hoy me he levantado con ganas de saltar al vacío y gritarle a las cascadas que su agua es como el sulfuro que corroe mis entrañas. Hoy me he levantado, y doy gracias, por poder contarte de nuevo mis hazañas por poder sonreírle a la pluma mientras ella se centra en besar la tinta y después lanzarla contra los papeles de forma aleatoria aun y cuando nadie sabe cuanto duele estar sentado con una espada en la nuca y una bomba como corazón, pensando, soñando, creyendo una salida tan cerca, pero estamos separados por un abismo inevitable que nos absorbe dentro del decoro y del vértigo de mirarnos a nosotros mismos en el espejo.

Hoy ojala no haya existido.

 

P.S. Esto es lo que sale dándose a uno mismo 1 minuto justo para escribir. Perdonen el sinsentido de algunas frases. Es simplemente mi interior.

...aveceslascosassalensolas...

Soy puta del reencuentro
Puta del decoro
Puta de la marca del libre albedrío
Puta del dolor
Puta de querer no ver
Puta del sonido mezclado de dolor y sangre
Puta de manías
Manía de tus putas manías
Puta de lo sacro
Puta del alabastro
Puta del mar
Puta de la muerte más amarga

Puta de la sal en la herida
Soy la puta ambició
n de superar putadas



Ni siquiera yo entiendo muy bien que es lo que significa, pero es lo que sale cuando tu único objetivo es escribir algo en 5 minutos sin pensar en nada más.putadas 

domingo, 15 de febrero de 2009

...merecerselomerece...

– El mundo está loco. – Espetó el policía dejando caer la sábana sobre el rostro del cadáver. – Capitán, ¿Cómo demonios pueden hacer esto? ¿La gente no tiene sentido común?

– Hijo – contestó su  superior –, la gente lo que tiene es una idea un tanto extraña acerca de lo que significa la justicia y normalmente tienen como principal objetivo “disminuir” el mal que afecta al planeta. Obviamente ese mal es el propio ser humano.

– Jefe, a veces piensa usted como un asesino. –  Contestó el policía.

– Si no lo hiciese, no estaría donde estoy. ¿Tenemos algún nombre? ¿Documentación? – Preguntó. – ¡Y por Dios, no toque la sangre como si estuviese en la cocina de su casa! Joder, parece que os dan la placa en una lavandería…

– Si, he encontrado un… p-pero, no tiene sentido… no me cuadra mucho el nombre del tipo, señor. – El novato dudaba sobre lo que acababa de encontrar en el suelo.

– Venga, sorpréndame por una vez. – Ordenó el Capitán.

– Señor… es… Es San Valentín. 



Fuente de inspiración: la única duquesa que conozco

jueves, 5 de febrero de 2009

.. porsiempre...

Salió de casa con las ideas un poco confusas, pero algo dentro de él había cambiado y estaba orgulloso. Había aprendido a luchar por las cosas, había aprendido a caer y a levantarse de nuevo sin tanto esfuerzo, a sonreír cuando algo salía mal y pensar en que todo podía cambiar y superar los problemas no es tan complicado. Aprendió a no ser tan niño, a no llorar por cualquier cosa, solo por las importantes, y a ver que los momentos malos son buenos porque siempre aportan algo de lo que aprender aunque este muy oculto y cueste encontrarlo. Pero también aprendió cosas más importantes, necesarias para vivir. Aprendió a querer como solo se quiere a una musa, aprendió a leer la piel, en el idioma de los ciegos, y aprendió que los ángeles tienen olor. Aprendió a tocar con el corazón y no solo con las manos. Y sobre todo, aprendió a escribir, no solo letras, si no también sueños.

 

No había hecho nada como eso antes, nunca tuvo razón para hacerlo, pero ahora era diferente, ella merecía la pena y sabía que era lo correcto. Llamó al timbre y ella abrió la puerta:

 

-          Que sorpresa… ¿Qué haces…?

-          Hola – la interrumpió -, solo tengo una cosa que decirte, GRACIAS. Te querré siempre, y eternamente estaré cerca.

 

Y con una sonrisa en los ojos, volvió sobre sus pasos y volvió a pintarla como se merecía.

 

 

 

                                                                                   Siempre J

viernes, 30 de enero de 2009

...sueño...

Se inclinó con cierto esfuerzo y recogió el libro del suelo. Sin darse cuenta,se había quedado traspuesta mientras veia aquella película que tanto le apasionaba. Esa musica, esas voces tan dulces, la mirada tan tierna de un niño que no tiene nada por lo que luchar... Le encantaba y podría verla cien veces más sin cansarse. Se levantó esperando poder llegar a la cama antes de que el sueño se disipase del todo, no quería pasar otra de esas noches arritmicas, despertándose a todas horas. Se echó sobre su cama y suspiró, a la vez que sonó el telefono. Extrañada, vio que alguien había mandado un mensaje: "Eres increible". Tapo sus hombros altos con el nórdico y sonrió, mientras sus ojos sucumbian al poder de morfeo otra noche más. 


A un coro de cicatrices

miércoles, 21 de enero de 2009

...baja...



...Levantó la cabeza y allí estaba ella; simplemente la miró a los ojos y sintió estremecerse todo su cuerpo. Eso fue suficiente para aflojar el nudo...


A una sonrisa vertical

jueves, 15 de enero de 2009

..regalos..

Veía los aviones pasar desde su ventana. Le gustaba, o al menos eso creía hasta hace 4 días. Cuanta gente iba en esos aparatos, cuantas historias sentadas en cada asiento,  algunos iban lejos, algunos sin rumbo fijo, algunos ni siquiera sabían si volverían, pero todos acababan su viaje, seguramente en algún sitio mejor que aquel. Aquellos días estaban resultando un poco tristes, pero ya faltaba poco.

El irritante pitido de una camioneta en la calle le sacó de sus pensamientos. Se levantó del sofá, se calzó y bajó corriendo al portal: - “¿Dónde coño he dejado el coche?” -. Siempre la misma pregunta, la memoria cada vez iba a peor, aunque los buenos recuerdos siempre quedaban guardados, como si de una copia de seguridad se tratara. Claro, aparcar en ese pueblo no era una buena actividad a realizar cada noche, así que después siempre se pasaba 5 minutos buscando por entre las calles.

Lo encontró. Cubierto de hielo, el invierno estaba resultando bastante mas duro de lo que recordaba desde hacía años. Se acordaba del colegio, cuando tenía ocho, nueve, diez años… cuando nevaba todos los días, y salían del colegio a las 5 con el cielo casi oscuro. Eran buenos años. Se acordaba de la gente de esa época: - “¿Qué habrá sido de ellos?” -. Recordaba a todos con alegría, a unos más que a otros, está claro. Siempre hubo rencillas, siempre hubo envidias recíprocas. Siempre miradas transitivas, y relaciones irregulares. A esa edad, cada día parece una lección de lenguaje de quinto de primaria, pero se recuerda con orgullo y pasión. ¿Quién no volvería?

- “¿Por qué nunca he volado?” -, se preguntó mientras veía pasar otro avión a la vez que arrancaba le coche.

Menudos días estaba pasando. No tenía ganas ni de hablar, ni de comer, solamente pensaba. Esa mañana tenía que comprar los regalos de navidad. Había decidido no hacer como otros años, y simplemente comprarles un perfume a todos. Total, ninguno se iba a gastar nada en él, y solamente quería una cosa. Pero iba a tardar un poco más en tenerla.

El centro comercial estaba a reventar, odiaba esos sitios tan concurridos, sudaba, se ponía nervioso, tenso. Solución, todo de golpe y a casa. – “Olvídate del tema, no merece la pena gastarse el dinero en algo que puedes hacer cualquier día. ¿Por qué la gente no opina que los mejores regalos son los que no se esperan?”

Arrancó el coche y salió disparado hacia casa, tenía prisa, algo le recomía por dentro, y su yo interior le bombardeaba con la idea de que algo bueno le esperaba al final del trayecto. Frunció el ceño y aceleró.

Subió las escaleras hasta el séptimo piso. Sacó las llaves apresuradamente, y cayeron al suelo. Se agachó refunfuñando entre dientes. Las metió, nervioso, en la cerradura, y entró en casa. Corrió a la habitación.

Eran las 15:22 en punto, ni un segundo más, y una pestañita azul parpadeó de repente en su ordenador. Su regalo ya estaba en casa. Se tumbó en el sofá, y miró el avión que pasaba: – “Supongo que ahora si estoy volando.”


Dedicado a un vuelo de vuelta.

domingo, 30 de noviembre de 2008

...elregreso...

Volvió sobre sus pasos, arrastrando la maleta y cerrando la puerta de la entrada tras de si. Suspiró, se miró en el espejo y sonrió. El miedo había desaparecido. Recogió su abrigo y subió a su cuarto. Olía todo tan bien, nada que ver con el olor a acaroina de aquel “hotel”. Estaba feliz de regresar a casa, se sentó en la cama y abrió su moleskine roja, anotando en la tapa de la primera pagina: “29/11/08; el mundo comienza a girar de nuevo.”
Miró sonriente el pequeño oso panda de peluche que le habían regalado el día anterior: - “Por fin estamos en casa...”
Bajo al recibidor, palpando las paredes. Cuantos años había pasado lejos de ellas, corriendo, jugando con su hermano, escondiéndose cuando su padre llegaba de trabajar, corriendo delante de la zapatilla de su madre cuando la hacia renegar, las primeras caricias, el primer te quiero, sus últimas lágrimas, su ultima noche; recuerdos ahora tan lejos pero siempre presentes. Ayer todo estaba tan lejos, tan atrás en la memoria. Sin embargo, pensó que debía recuperar el tiempo perdido, y era tan simple como una llamada. Cogió el móvil y marcó aquel número que tenía en mente.
¿Si?
Hola... soy yo – respondió.
Cris... ¿E-eres tú? – tartamudeó al otro lado una voz.
- Si… sigo aquí, como te prometí. 


lunes, 24 de noviembre de 2008

...yseguirasaqui...

- Un Chardonay -. La joven rubia de voz serena y suave, oculta tras unas con gafas oscuras se dirigía al camarero con una mueca de congestión -. Frío, por favor.
El la observaba desde la mesa de la esquina, y sin pensarlo un instante se acercó, agarró una silla y se sentó a su lado diciendo:
- No puede saborear la esencia de un buen vino con tan marcada expresión de tristeza en su rostro, señorita.
- Usted que sabrá - contestó ella.
- Se mucho más de lo que piensa - apostilló el desconocido.
- Por favor... - respondió con desdén la joven.
- Mireme a los ojos y escuche. Se que ha vivido la vida al límite. Se que ha estado en paises que nadie ansía conocer, se que es valiente. Se que solo por demostrar su valía, ha manchado sus manos sin importarle las miradas. Se que se superó asi misma, en situaciones adversas. Se que sus ojos han visto salir el sol en oriente y se han bañado bajo la luz de luna en occidente. Se que han visto lo bueno y lo malo, se que con lágrimas se han mojado. Se que, ante todo, el color pardo de sus iris no se ha borrado. Se que es de carcajada fácil, y que el brillo de su sonrisa es luz por donde pasa. Se que muestra fortaleza por fuera pero por dentro es totalmente notoria la bondad; aunque osado su caracter, se que es sensible. Se que percibe el interior de las personas con solo mirarlas, se que distingue entre lo perverso y lo adecuado desde lejos, y también se que tiene un corazón travieso. Se que recuerda el pasado como algo necesario y que le gusta sentir pasar el tiempo entre los dedos. Se que tiene el miedo justo, que teme a los espejos, porque son reflejo de lo que uno no quiere ser. Se que es amable, cariñosa, se que su cara no es esa. Se a ciencia cierta que sus mejillas se afligen por una causa mayor a la que un ser humano puede plantar cara. Se lo que le pasa...
- Pero... ¿Quién es usted? ¿Porque dice eso de mi? - le cortó ella inquieta.
- Escuche... ¿Siente el silencio?... ¿Distingue las notas de la soledad?... No deje que se conviertan en su banda sonora.
- Yo.. - dijo la muchacha girando la cara para ocultarla -.
- Tranquila - la calmó aquel hombre mientras se levantaba de la silla y cogía su sombrero -. Solo recuerde una cosa, y sonria mientras lo hace; una cicatriz más no es otra cosa que una nueva historia que contar... Y otra prueba superada... 

martes, 4 de noviembre de 2008

...loquetodaviaescine...

lunes, 15 de septiembre de 2008

...nohayfuturo...

Azul oscuro, casi... infierno. Se confieren erguidas las paredes a su paso, la estrategia de imponer el miedo e incrustar la vista entre las rocas , evitando vislumbrar futuro incierto incluso. Doloridas las partes, emergen de la estrechez de los lamentos las miradas de esperanza. Conformidad se huele y arde una sonrisa intentando un símil de evasión de la tristeza, cruzando el charco la amabilidad se torna estigma. Apacible muerte de sentidos se estremece, en mis brazos yace la inhumana necedad del hombre. La hecatombe se averigua con sal dentro de la herida,pero hay quien sigue remando para cruzar al otro lado de una vida.



Dedicado a lo inhumano.

martes, 15 de julio de 2008

...sinilusión...

La verdad es que ando algo desesperada. Ayer a la mañana me llamaron de la enésima audición, y, como no, de nuevo echaron mi candidatura para atrás. En realidad ya no se que piden, las normas cambian continuamente, y en este mundo por el que vagamos, la ética y la profesionalidad ya no te salvan. Me parece que lo voy a dejar. Llevo tanto tiempo intentando entrar en el cielo, que las piernas me renquean, y tengo la ilusión jubilada. Creo que probaré suerte en el infierno, dicen que al menos allí en invierno no se pasa frío. Ciertamente, es un rollo morir.

...conchas...

La playa amanecía desierta. Solo el leve murmullo de las olas rompía la claridad de un silencio continuo, mientras la inmaculada arena brillaba con los primeros rayos de un sol con tono anaranjado. Un repentino y hondo sonido acabó con la placidez del momento. Precipitándose como una piedra lanzada al vacío apareció un extraño apareto en el aire, que, con la agilidad de una mariposa, lograba posarse sobre las pequeñas dunas que conformaban aquella playa. Dos seres de imposibles siluetas descendían por una metálica rampa a la vez que un pequeño artilugio con apariencia de ser vivo recogía muestras de las diferentes conchas marinas que yacían sobre el terreno. No pasaron más de tres minutos cuando aquel cachivache despegó dejando unas fuertes marcas y un penetrante olor a canela tostada en el borde del mar, a la vez que los gritos de los primeros niños buscando un hueco en la playa empezaban a escucharse a lo lejos.

...gaviotas...

El sol quemaba. Las llagas de los brazos, las de las piernas, todas ellas hacían olvidar cualquier dolor conocido. El fuerte olor a salitre entraba por las fosas nasales hasta el mismísimo cerebro, agujereando la simple idea de poder salir vivos de ahí. Se conocieron en el mismo barco en el que llevaban 15 años pescando juntos y cientos eran las experiencias, malas o buenas que juntos podían recordar. ¿Y ahora, que más daba? Si estaban allí era por algo. Y si nadie había logrado llegar hasta ellos sería porque la providencia no estaba con ellos. Ninguno conocía a ciencia cierta cuantas semanas llevaban a la deriva.

- Ya está la gaviota. - Exclamó George. Otra vez la misma cena de siempre.

...furia...

Sus dientes se veían afilados, nunca antes había sentido tanto placer al acabar con su víctima de esa manera. Sus ojos inyectados en sangre recorrían sin rumbo las cuatro paredes de la habitación, mientras que un nerviosismo descontrolado se adueñaba de sus manos. Temblor, siempre había tenido miedo a temblar. Eso solo podía significar una cosa, un súbito y repentino ataque, como siempre... No podía resistirlo más, pero... ¿Cual era la cura para su enfermedad? Nada podía frenarla ahora, enfilaba su mandíbula hacia su presa como si de un ave rapaz se tratara... Nunca antes una tableta de chocolate le había hecho sentir tanto asco por si misma.

...ella lo hizo...

Con las ideas inusualmente claras, Manuela cogió el hacha, y, lentamente, se acerco a la habitación donde descansaba Paco. La situación se había tornado trágica, aun no entendía como habían llegado a tal extremo pero... Esa cómoda estaba mejor hecha añicos...

sábado, 16 de febrero de 2008

...cojeando...

Cojeando, me esforcé por alcanzar la fila de niños que regresaban del recreo. Mi objetivo se antojaba inalcanzable, y no quedaba tiempo. Me sentía incapaz de acabar lo que ellos llamaban misión y yo entendía como fraude. ¿Quién me mandaría aceptar este trabajo? Si cualquiera de esos niños se parase y me mirase a los ojos, pensaría: “¿Por qué el hijo del dentista va disfrazado de caramelo gigante?”. Yo tampoco lo entendía, pero necesitaba el dinero.

sábado, 2 de febrero de 2008

163

Se miró de nuevo en el espejo. Pasaban las semanas y la huella de la distancia hacia mella en sus orbitas oculares, tornadas en un gris desvanecido. Con lágrimas en los ojos, dejó caer su cuerpo sobre el sofá de cuero envejecido. Cogió el libro y soplando levemente retiró el polvo de la portada. Cuidadosamente lo abrió por las páginas centrales y buscó. Juraría que había visto esa sudadera de lunares en alguna parte.

miércoles, 30 de enero de 2008

al principio...

- Esta es para ella, cuídala bien. Volveré para verte.

Pero, ¿Y quién es ella?.. La voz de aquel hombre aún resonaba en su cabeza. ¿Como había podido confiar en él?

Bueno, de todas formas, nunca había visto a otras personas por la zona, así que más que nada fue por evitar la más vieja debilidad humana, la sensación de soledad.

Todavía no se acordaba de como había llegado allí. Su apariencia era la de un chico de unos 25 años, con la tez morena. Iba desnudo y ese fuerte olor como a barro no se le quitaba de la cabeza.

Muy a su pesar, y tras fallidos y masivos intentos, no lograba visualizar ningún recuerdo dentro de su mente. Se había pasado el día escudriñando ahí dentro por si encontraba algo, alguna pista que le dijese porque estaba él allí, y que es lo que le había llevado a ese paradisíaco lugar. Pero nada.

Solo recordaba la visión de un fuerte resplandor, y el haberse despertado en medio de un claro en el bosque, rodeado de una frondosa y salvaje naturaleza. Curiosamente sabía como se llamaban todos los animales y plantas de la zona, incluso sabía que aquel árbol con frutos rojos no se debía tocar. ¿Dónde lo había aprendido? ¿Quizás estuvo antes viviendo allí? Pensó que se habría dado un golpe en la cabeza y que eso le había hecho tener alguna que otra laguna..

Solo llevaba unas horas despierto y le parecía que llevaba una eternidad.

Se sentó y esperó. Sabía por alguna extraña razón, que su respuesta llegaría pronto.

Fue pasando el día, y por fin apareció de nuevo aquel hombre de tupida y hermosa barba blanca.

-Ya es la hora, Adán. – Dijo el anciano.

-De acuerdo.– Respondió el chico. Y con un gesto rápido e instintivo arrancó de su abdomen aquella blanca costilla. Sin dolor. Al menos ahora sabía cual era su nombre. Y aquel hombre le conocía.

lunes, 28 de enero de 2008

ella lo hizo

Con las ideas inusualmente claras, Manuela cogió el hacha, y, lentamente, se acerco a la habitación donde descansaba Paco. La situación se había tornado trágica, aun no entendía como habían llegado a tal extremo pero...

Esa cómoda estaba mejor hecha añicos...

nubes

Nubes…

Círculos de aceite en la alfombra,
manchas de odio en las paredes,
sonido de tristeza que transporta el aire que respiro,
y tu aliento sigue tan vivo en mi cuello.

Culpable de ser así,
Culpable por sentir así,
Culpable por verte así,
Culpable por ti, seré culpable por vivirte así…

Nubes…

Hoy llueve dentro de mi,
hoy los ángeles vuelan bajo
y me invitan a pasar la eternidad junto a ellos,
reniego de ti, reniego de todo, reniego de mi…

Inocente como un niño,
te recuperare en el infierno,
hoy estoy cansado
de jugar loterías por ti…

Miro al cielo,
y solo veo nubes, nubes, nubes…

tranquilo

Llevo ya dos días sin hacer nada. No tengo nada por lo que luchar, por eso decidí dejar de hacer. Sin más. Olvidarme de ese verbo, y solo practicar el estar. Sin molestar. Solo pasar el tiempo. Nada duele cuando no te expones a que eso ocurra. Nada duele. Pero.. Noto una rara sensación.. Desde que dejé de hacer, mi piel está fría, tengo raras pesadillas, en las que me veo encerrado en una estrecha caja de madera. Y noto como un cosquilleo en las piernas, como si pequeños gusanos descarnaran mis miembros..
¡Vaya! parece que mi intento de ser invisible no ha dado su fruto, allí a lo lejos viene alguien. ¡Perdone! ¿Podría alumbrar a otro sitio? Esa luz blanca me está dejando ciego...

jueves, 24 de enero de 2008

de la nada

- Damien, ven conmigo.

Aquella forma casi invisible había hablado. Damien se sentía raro, un súbito escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando aquella “cosa” le tomó su mano:

- Ven conmigo. – repitió de nuevo. No había orificio alguno por el que esa suave y nítida voz pudiese salir. Damien respondió:

- Pero, ¿quién eres?

- Tú me conoces mejor que nadie. Dame la mano, no tengas miedo.

Al mismo tiempo en que las manos del chico y los etéreos dedos del ser se entrelazaban un súbito destello de luz inundó la habitación.

- ¡Mike, Mike! – gritó la mujer -. Han llamado del hospital, Damien salió del coma…

Todos tenemos a alguien que nos "cuida", llámense ángeles o seres de luz...

- Anónimo -

miércoles, 23 de enero de 2008

no funcionó

No funcionó. Cayendo del cielo, como confeti mezcla de hierro retorcido y plástico quemado, silbaba por la velocidad el último invento de Julio y Tomás. Uno, de aspecto áspero después de cuarenta años en el mugriento taller de un aeródromo. El otro, de mirada cansada tras dos tercios de vida puliendo con sus pupilas los espejos de un telescopio. Esta era su enésima intentona de colocar una de sus dentaduras postizas en orbita. La tarde se echaba encima, y el reuma no permitía más ensayos. Los dos se miraron y sonrieron. No funcionó. Pero a la jubilación no hay que rendirle cuentas.

me doy cuenta de que ya echo de menos a mi ex mujer y a mis hijas

Me doy cuenta de que ya echo de menos a mi ex mujer y a mis hijas. Se que los caminos se eligen sin pensar en el ‘que pasará’, esperando que cada día sea el pasado, presente y futuro del momento. Aprendí que en cada centímetro que recorren tus pasos por la vida, aparecen nuevas sorpresas, pero esta sensación… Esto me saca de mis casillas. No duermo, no vivo. Hoy las echo bastante de menos. ¡Demonios! ¿Quién me obligaría a mí a entrar en un Seminario?