- Damien, ven conmigo.
Aquella forma casi invisible había hablado. Damien se sentía raro, un súbito escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando aquella “cosa” le tomó su mano:
- Ven conmigo. – repitió de nuevo. No había orificio alguno por el que esa suave y nítida voz pudiese salir. Damien respondió:
- Pero, ¿quién eres?
- Tú me conoces mejor que nadie. Dame la mano, no tengas miedo.
Al mismo tiempo en que las manos del chico y los etéreos dedos del ser se entrelazaban un súbito destello de luz inundó la habitación.
- ¡Mike, Mike! – gritó la mujer -. Han llamado del hospital, Damien salió del coma…
Todos tenemos a alguien que nos "cuida", llámense ángeles o seres de luz...
- Anónimo -
1 comentario:
sí, supongo, si no igual me hubieran roto algo más k un brazo una vez que me pasó algo k se quedó en un susto
pero me siguen gustando más tus historias
muak
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