viernes, 22 de enero de 2010

..baile de máscaras..

Las carcajadas anónimas, ocultas bajo negros antifaces, y los altavoces, llenan el ambiente de una sonoridad caótica que convierte a los presentes en marionetas del metrónomo de sus espíritus. La música se vuelve rápida, caótica. Los cuerpos se remueven con un argumentado compás definido por los dedos del demonio. Y me dejo llevar. En uno de mis torpes pasos de baile, me topo con una cara de porcelana con cuerpo femenino que me mira fijamente... Las máscaras tienen ese punto intrigante que hace que las personas se sientan extrañamente excitadas, por la inquietud que proporciona el no saber quién se encuentra tras ellas. Intento apartar la mirada, pero vuelve a clavar sus oscuros ojos sobre mí, y la sensualidad que envuelve el ambiente me obliga a buscarla a través de la multitud. Con prisa, salgo del edificio y sigo a la desconocida mujer entre los canales de Venecia, hasta que mi aliento resuella por encima del crujido de la madera podrida de los embarcaderos. Cabizbajo acepto la realidad, se ha ido. De repente, oigo un golpe en el agua. Una máscara sonriente de labios perfilados con pan de oro pasa flotando a mi lado, mirándome, metáfora de que todo viene y va, sin sentido alguno, simplemente a merced del destino. Vuelvo hacia el gentío, pensando que nunca sabré quien era, pero convencido de que, por un momento, fue alguien especial.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha encantado...