miércoles, 30 de enero de 2008

al principio...

- Esta es para ella, cuídala bien. Volveré para verte.

Pero, ¿Y quién es ella?.. La voz de aquel hombre aún resonaba en su cabeza. ¿Como había podido confiar en él?

Bueno, de todas formas, nunca había visto a otras personas por la zona, así que más que nada fue por evitar la más vieja debilidad humana, la sensación de soledad.

Todavía no se acordaba de como había llegado allí. Su apariencia era la de un chico de unos 25 años, con la tez morena. Iba desnudo y ese fuerte olor como a barro no se le quitaba de la cabeza.

Muy a su pesar, y tras fallidos y masivos intentos, no lograba visualizar ningún recuerdo dentro de su mente. Se había pasado el día escudriñando ahí dentro por si encontraba algo, alguna pista que le dijese porque estaba él allí, y que es lo que le había llevado a ese paradisíaco lugar. Pero nada.

Solo recordaba la visión de un fuerte resplandor, y el haberse despertado en medio de un claro en el bosque, rodeado de una frondosa y salvaje naturaleza. Curiosamente sabía como se llamaban todos los animales y plantas de la zona, incluso sabía que aquel árbol con frutos rojos no se debía tocar. ¿Dónde lo había aprendido? ¿Quizás estuvo antes viviendo allí? Pensó que se habría dado un golpe en la cabeza y que eso le había hecho tener alguna que otra laguna..

Solo llevaba unas horas despierto y le parecía que llevaba una eternidad.

Se sentó y esperó. Sabía por alguna extraña razón, que su respuesta llegaría pronto.

Fue pasando el día, y por fin apareció de nuevo aquel hombre de tupida y hermosa barba blanca.

-Ya es la hora, Adán. – Dijo el anciano.

-De acuerdo.– Respondió el chico. Y con un gesto rápido e instintivo arrancó de su abdomen aquella blanca costilla. Sin dolor. Al menos ahora sabía cual era su nombre. Y aquel hombre le conocía.

lunes, 28 de enero de 2008

ella lo hizo

Con las ideas inusualmente claras, Manuela cogió el hacha, y, lentamente, se acerco a la habitación donde descansaba Paco. La situación se había tornado trágica, aun no entendía como habían llegado a tal extremo pero...

Esa cómoda estaba mejor hecha añicos...

nubes

Nubes…

Círculos de aceite en la alfombra,
manchas de odio en las paredes,
sonido de tristeza que transporta el aire que respiro,
y tu aliento sigue tan vivo en mi cuello.

Culpable de ser así,
Culpable por sentir así,
Culpable por verte así,
Culpable por ti, seré culpable por vivirte así…

Nubes…

Hoy llueve dentro de mi,
hoy los ángeles vuelan bajo
y me invitan a pasar la eternidad junto a ellos,
reniego de ti, reniego de todo, reniego de mi…

Inocente como un niño,
te recuperare en el infierno,
hoy estoy cansado
de jugar loterías por ti…

Miro al cielo,
y solo veo nubes, nubes, nubes…

tranquilo

Llevo ya dos días sin hacer nada. No tengo nada por lo que luchar, por eso decidí dejar de hacer. Sin más. Olvidarme de ese verbo, y solo practicar el estar. Sin molestar. Solo pasar el tiempo. Nada duele cuando no te expones a que eso ocurra. Nada duele. Pero.. Noto una rara sensación.. Desde que dejé de hacer, mi piel está fría, tengo raras pesadillas, en las que me veo encerrado en una estrecha caja de madera. Y noto como un cosquilleo en las piernas, como si pequeños gusanos descarnaran mis miembros..
¡Vaya! parece que mi intento de ser invisible no ha dado su fruto, allí a lo lejos viene alguien. ¡Perdone! ¿Podría alumbrar a otro sitio? Esa luz blanca me está dejando ciego...

jueves, 24 de enero de 2008

de la nada

- Damien, ven conmigo.

Aquella forma casi invisible había hablado. Damien se sentía raro, un súbito escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando aquella “cosa” le tomó su mano:

- Ven conmigo. – repitió de nuevo. No había orificio alguno por el que esa suave y nítida voz pudiese salir. Damien respondió:

- Pero, ¿quién eres?

- Tú me conoces mejor que nadie. Dame la mano, no tengas miedo.

Al mismo tiempo en que las manos del chico y los etéreos dedos del ser se entrelazaban un súbito destello de luz inundó la habitación.

- ¡Mike, Mike! – gritó la mujer -. Han llamado del hospital, Damien salió del coma…

Todos tenemos a alguien que nos "cuida", llámense ángeles o seres de luz...

- Anónimo -

miércoles, 23 de enero de 2008

no funcionó

No funcionó. Cayendo del cielo, como confeti mezcla de hierro retorcido y plástico quemado, silbaba por la velocidad el último invento de Julio y Tomás. Uno, de aspecto áspero después de cuarenta años en el mugriento taller de un aeródromo. El otro, de mirada cansada tras dos tercios de vida puliendo con sus pupilas los espejos de un telescopio. Esta era su enésima intentona de colocar una de sus dentaduras postizas en orbita. La tarde se echaba encima, y el reuma no permitía más ensayos. Los dos se miraron y sonrieron. No funcionó. Pero a la jubilación no hay que rendirle cuentas.

me doy cuenta de que ya echo de menos a mi ex mujer y a mis hijas

Me doy cuenta de que ya echo de menos a mi ex mujer y a mis hijas. Se que los caminos se eligen sin pensar en el ‘que pasará’, esperando que cada día sea el pasado, presente y futuro del momento. Aprendí que en cada centímetro que recorren tus pasos por la vida, aparecen nuevas sorpresas, pero esta sensación… Esto me saca de mis casillas. No duermo, no vivo. Hoy las echo bastante de menos. ¡Demonios! ¿Quién me obligaría a mí a entrar en un Seminario?