martes, 15 de julio de 2008

...conchas...

La playa amanecía desierta. Solo el leve murmullo de las olas rompía la claridad de un silencio continuo, mientras la inmaculada arena brillaba con los primeros rayos de un sol con tono anaranjado. Un repentino y hondo sonido acabó con la placidez del momento. Precipitándose como una piedra lanzada al vacío apareció un extraño apareto en el aire, que, con la agilidad de una mariposa, lograba posarse sobre las pequeñas dunas que conformaban aquella playa. Dos seres de imposibles siluetas descendían por una metálica rampa a la vez que un pequeño artilugio con apariencia de ser vivo recogía muestras de las diferentes conchas marinas que yacían sobre el terreno. No pasaron más de tres minutos cuando aquel cachivache despegó dejando unas fuertes marcas y un penetrante olor a canela tostada en el borde del mar, a la vez que los gritos de los primeros niños buscando un hueco en la playa empezaban a escucharse a lo lejos.

3 comentarios:

budoson dijo...

¡Sigue dándole! El Paul Potts éste es un genio.

Anónimo dijo...

me enkanta komo eskribes niño pero estoy indignadísima por no poder participar en laenkuesta del konejo.... ke lo sepas

budoson dijo...

Bueno, ¿y cuál es la respuesta al por qué?