Los hombres que a mi me gustan, no saben llorar. Llevo veinte años en la misma calle, usando el mismo carmín barato y fumando la misma mierda mentolada. Cualquier deseo ajeno, por sucio o enfermo que sea se convierte en obligación. Esa es la base del negocio; las miradas depravadas, las sonrisas llenas de obscenidad, las respiraciones desagradables de borrachos pervertidos, las manos ásperas y mojadas que intentan tocarte con ebrio disimulo, los insultos, los golpes, las medias erecciones dentro de pantalones curtidos en salas X.. Estos son los hombres que a mi me gustan. Por desgracia, ya estoy acostumbrada.
viernes, 18 de diciembre de 2009
..vidadiaria..
Engendrado por
Unknown
a las
9:11
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